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Saberes socialmente útiles

Rosa María Torres

(actualizado 3 sep. 2021)

Roberto Mamani - Bolivia

Durante la crisis de fines de los 1990s e inicios del 2000, en Argentina se extendió el trueque, tanto de objetos como de servicios. Millones de personas se organizaron en nodos, redes y clubes de trueque en todo el país. Vivía entonces en Buenos Aires y conocí varios sitios de trueque en diferentes lugares del país.

Uno que me llamó especialmente la atención fue un mercado de trueque de servicios, uno de los primeros que surgió. Las personas habían preparado carteles para informar
los servicios que ofrecían; los tenían sobre una mesa, en el suelo, o bien colgados del cuello, Algunos carteles incluían el nombre del oficio: dentista, enfermero, profesor, diseñador gráfico, etc. Otros describían el servicio ofrecido: cuido a personas mayores, doy clases de guitarra, ayudo con las tareas escolares, pongo inyecciones, doy masajes, hago pasteles de cumpleaños, reparo televisores, hago planos, etc.

Mientras observaba y recorría el lugar pensaba qué servicios podría ofrecer yo en un lugar de intercambio como éste. Mis oficios tienen que ver primordialmente con leer, escribir, editar, investigar, asesorar, enseñar, traducir, viajar, usar la computadora y navegar en internet. ¿Qué de eso puede servirle a personas en crisis que buscan satisfacer necesidades básicas recurriendo a saberes y habilidades de otros?

Cuando llegué a mi departamento ese día me puse a pensar y anotar en una libreta mis saberes y habilidades prácticos, potencialmente útiles en situaciones de precariedad y emergencia. Me sorprendí con lo que descubrí.

Empecé explorando mis habilidades manuales. No me sorprendió comprobar que son pocas, pero me ayudó recordar que tengo algunas. No me sorprendió confirmar que mis fortalezas están alrededor de la lectura y la escritura, los idiomas, la enseñanza, la investigación, la comunicación, la asesoría, el uso de la computadora, los viajes, pero sí me sorprendió encontrar muchas tareas concretas en las que esos saberes pueden adquirir valor de uso y valor de cambio, ser herramientas útiles para otros y recursos para la propia supervivencia.


Nunca he participado en un mercado de trueque de servicios ni en los trueques que se hacen virtualmente, pero me he imaginado muchas veces en uno de ellos, parada con mis carteles, ofreciendo mis habilidades:

- tejer (bufandas, suéteres, chalecos, ponchos, chales, bolsos, colchas)
- hacer crochet (cojines, agarradores de ollas, tapetes, cintillos, pulseras, marcadores de libros)
- manejar
- lavar platos
- fabricar velas

- llenar o ayudar a llenar un formulario
- hacer o ayudar a hacer carteles, rótulos, certificados, hojas volantes (bien hechos, sin errores)

- hacer o ayudar a hacer una hoja de vida (curriculum vitae)
- ayudar a prepararse para una entrevista de trabajo
- asesorar a estudiantes y familias sobre carreras, estudios y becas

- corregir errores ortográficos
- editar textos (carta, solicitud, menú, monografía, folleto)
- poner un texto difícil en fácil
 

- hacer guiones para radio 
- enseñar a leer y escribir a niños, jóvenes y adultos
- hablar, leer y escribir en inglés
- leer y comprender portugués

- dar clases de español o de inglés
- traducir del español al inglés y viceversa
- enseñar a usar una computadora, a abrir y manejar una cuenta de correo, a buscar información

- crear y moderar una comunidad virtual
- enseñar a hacer y administrar un blog
- ayudar a pensar y a analizar
- enseñar a argumentar
- buscar y comprar artesanías, identificar de qué país o lugar son

- hacer, enseñar a hacer o ayudar a hacer un proyecto

- aconsejar sobre asuntos escolares y educativos
- aconsejar sobre cómo hacer una tesis

- aconsejar y acompañar a mujeres que están pasando por una crisis de pareja o un divorcio
- aconsejar sobre viajes y lugares


Conservo esa lista, que he seguido ampliando con más habilidades 'descubiertas' y desarrolladas. Hacerla fue un ejercicio importante de introspección, de metacognición, de toma de conciencia y empoderamiento. Y me alegra constatar que cada vez tengo más saberes y habilidades socialmente útiles que agregar a la lista:

- saber qué hacer en un sismo
-
usar y enseñar a usar Twitter
- distinguir alimentos saludables y no saludables
- conocer las propiedades de verduras y frutas y los usos medicinales de muchas plantas
-
saber comprar en la tienda o el supermercado
- usar productos naturales en vez de muchas medicinas y productos de limpieza y belleza
- cocinar, cocinar sin aceite
- hacer encurtidos caseros                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                
-
incorporar el ikigai a mi vida y a mi trabajo
- organizar y cuidar un huerto en el jardín de mi casa
- conocimientos sobre perros, preparación de comidas para perros y cuidado de una perrita adoptada
(estos dos últimos son aprendizajes realizados en pandemia).  


En estos años incorporé este ejercicio de introspección (individual y colectivo) como método de trabajo en reuniones, talleres, consultas y asesorías. Lo recomiendo siempre. 


Cada persona tiene su catálogo propio y único de saberes, aptitudes, habilidades, que amplía y renueva constantemente. Esos que, lastimosamente, nunca o casi nunca se dejan ver en el curriculum vitae. Y que se adquieren en una multiplicidad de lugares y de prácticas, gracias a aprendizajes formales, no-formales e informales, y a lo largo de la vida.

Ser conscientes de qué sabemos y de qué sabemos hacer (y de qué no), de cuáles son nuestros saberes socialmente útiles, reconocibles y valorados como tales por otras personas, es esencial para el aprender a aprender, el aprender a ser, el aprender a hacer y el aprender a convivir con otros.


Para saber más
»
El trueque, hijo directo de la debacle financiera, Perfil, Buenos Aires, 17/12/2011
» Vuelve el trueque para recuperar el valor de las cosas

» Coraggio, José Luis, Las redes del trueque como institución de la economía popular, en: Economía Popular Urbana: Una nueva perspectiva para el desarrollo local. Cartillas del Programa de Desarrollo Local, No 1, octubre. UNGS, Buenos Aires, 1998.
» Hintze, Susana (coord.), Trueque y economía solidaria. Buenos Aires, Prometeo Libros, 2003.
» Fernández Mayo, Manuela, El trueque solidario: Una estrategia de supervivencia ante la crisis argentina de 2001, Universidad de Cádiz, 2008.
»
Red Global de Trueque

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»
Aprendizaje formal, no-formal e informal 
 

Una comida caliente al día para todos (Finlandia)


- ¿Sabes que el sistema educativo finlandés es famoso en el mundo?, le pregunté a un estudiante en un colegio secundario en Espoo.
- Sí, me dijo.
- ¿Sabes por qué?
- Porque da una comida caliente al día a todos los estudiantes de manera gratuita.

Me tomó por sorpresa. Tan acostumbrados estamos a asociar la buena fama del sistema escolar en Finlandia a los puntajes en PISA. Pero resulta que los finlandeses están orgullosos de su comida caliente diaria en las escuela mucho antes de que PISA existiera. Explica el folleto School meals in Finland: Investment in learning (Almuerzos escolares en Finlandia: Inversión en aprendizaje):
"Finlandia fue el primer país en el mundo en servir comidas escolares gratuitas. 1948 es considerado el año en el que empezó el servicio de catering escolar, aunque las actividades de catering a menor escala habían estado ahí desde inicios del siglo 20. Hasta inicios de la década de 1960 la comida escolar consistía principalmente de sopas y purés de distinto tipo. Los niños traían de sus casas pan y leche para complementar el almuerzo escolar, el cual por lo general no era muy substancial.

En los 1960s, las comidas escolares se hicieron poco a poco más variadas. Empezó a usarse comidas congeladas y procesadas, y a servirse más vegetales. En los 1970s los menús escolares contenían a menudo nuevos productos como arroz o espaguetis, que aún no eran populares en los hogares. Muchos niños también aprendieron a comer vegetales, ensalada y frutas en la escuela". (Nuestra traducción del inglés)
Hoy, el almuerzo escolar es otro aspecto admirable de la educación finlandesa. Servicio universal, completo, balanceado y de excelente calidad. El menú consiste de:

- Verduras (mitad del plato)
- Papas, arroz o pasta (cuarta parte del plato)
- Pescado o carne (cuarta parte del plato)
- Leche y agua
- Pan con margarina o mantequilla
- Bayas o frutas (postre).

Se ofrece también menús especiales por problemas de alergias, o por cuestiones éticas, culturales o religiosas. Cada vez más escuelas atienden necesidades dietéticas especiales de los alumnos.
"El objetivo es mantener y mejorar la salud de los estudiantes y darles energías para el trabajo escolar. El catering escolar asegura estos propósitos siguiendo orientaciones del Consejo Nacional de la Nutrición. Una comida escolar debe equivaler aproximadamente a un tercio del alimento diario que debe ingerir un niño. Debe ser gustosa, colorida y bien balanceada".
Se cuenta con que los alumnos lleguen a la escuela habiendo comido un desayuno suficiente y balanceado, que les permita jugar y estudiar hasta que llegue la hora del almuerzo.

La obligación de proveer una comida escolar diaria balanceada, sabrosa, suficiente y gratuita, consta en el Acta de Educación Básica. Como parte del currículo, cada municipio debe diseñar un plan de bienestar estudiantil. El plan debe incluir principios claves para organizar la comida escolar, cumplir con los objetivos de una educación para la salud y la nutrición, y enseñar buenas maneras.
"El papel de la comida escolar es ser una herramienta pedagógica para enseñar sobre la buena nutrición y los buenos hábitos alimenticios, así como para aumentar el consumo de vegetales, frutas y bayas, pan de maíz y leche baja en grasa".
Foto: Rosa María Torres
Los municipios son los responsables de monitorear y evaluar las comidas escolares. Las decisiones sobre menús, compras y proveedores se toman a nivel municipal. La comida representa 8% del gasto en educación por alumno. Hay municipios que se juntan y colaboran a fin de optimizar los servicios y reducir costos.

Muchos planteles tienen cocina para preparar los alimentos; otros reciben la comida lista para servir. Todos tienen comedor.

Además del almuerzo, muchos planteles ofrecen snacks (comidas rápidas) a los estudiantes que participan en clubes (actividades extracurriculares, después de la jornada escolar). En algunos casos se cobra por estos snacks. O bien se preparan y envían desde la casa.

Los padres de familia reciben de la escuela información sobre el menú de cada semana, y son consultados y alentados a hacer comentarios y sugerencias. Además, la escuela orienta a las familias sobre temas nutricionales y buenos hábitos alimenticios.
Foto: Rosa María Torres

Se espera que los alumnos comenten y provean feedback sobre la comida escolar y sobre el servicio. Además de una nutrición balanceada, se estimula el ejercicio físico y el buen dormir, tres elementos claves para la salud, el bienestar personal, el aprendizaje y la capacidad de concentración.


En las escuelas, los alumnos almuerzan en varios turnos. El primer turno es para los más pequeños. Profesores y alumnos comen juntos. Al último turno se suma también el personal de cocina y de limpieza. El servicio funciona como auto-servicio, de modo que cada persona se sirva lo que desea y en las porciones que desea.

Se recomienda que la comida transcurra con tiempo, sin prisas ni presiones, a fin de que sea una experiencia placentera. La comida se considera no solo alimentación sino también una oportunidad de socialización, esparcimiento y aprendizaje.

Mis observaciones en tres comedores escolares
Foto: Rosa María Torres

Almorcé en tres planteles escolares y en un centro de educación de adultos, lo que me permitió conversar con algunos profesores sobre el tema, y observar cocinas y comedores en acción.

Los comedores son amplios, luminosos, vistosos. Tambien aquí, el mobiliario es sencillo y práctico. Hay mucho colorido en las paredes, adornadas con dibujos y murales hechos por los alumnos.


Foto: Rosa María Torres
En los edificios más modernos, de reciente construcción, la tendencia es integrar el comedor escolar como parte de un espacio multifuncional más amplio. Mesas y sillas se usan para diversos propósitos, más allá de la hora del almuerzo.

Todo es manejado con higiene y pulcritud. El personal de la cocina usa delantales, guantes y gorros. La limpieza de las mesas y del piso se hace de manera constante.

No hay kioskos ni bares vendiendo comida en los planteles o fuera de estos. No ví ninguna máquina expendidora de comida en los planteles que visité, pero leí que otros visitantes las encontraron y que en esta decisión participan los padres de familia. Sí encontré máquinas de este tipo en las bibliotecas. En las salas de profesores, y en algunos espacios sociales dentro de las escuelas, ví máquinas de café.
Foto: Rosa María Torres

La comida finlandesa usa mucho pescado, verduras, papas, pan. El menú escolar consiste de un plato fuerte, una ensalada, a veces una sopa, pan. En la primera escuela en que comí había albóndigas, puré de papas y ensalada con aderezo. Me dijeron que ésta es una de las opciones favoritas de los alumnos. En otro colegio ví que ofrecían platos musulmanes; me explicaron que esto se debía a que hay varios estudiantes musulmanes en ese plantel, provenientes sobre todo de familias africanas y asiáticas.

Foto: Rosa María Torres

■ 
Solo existen dos opciones de bebida: agua o leche (leche en infinidad de variantes, deslactosadas, descremadas, etc.). Viniendo de América Latina, de la lucha contra las gaseosas, las bebidas azucaradas y los jugos, esto es algo que me maravilló. La leche es, en verdad, un favorito nacional; los niños aprenden a amarla en la familia y desde la primera infancia. De hecho, los finlandeses están entre los mayores consumidores de leche en el mundo (130 litros per cápita al año).

Las verduras no son muy populares, como es usual. ¿Qué hacen para que los alumnos coman verduras?, pregunté. No se les obliga a comerlas. Se les pide que prueben y se sirvan una porción pequeña, para no desperdiciar. El problema se da no solo en la escuela sino también en el hogar. Los padres de familia luchan con esto y muchos, más bien, esperan ayuda de la escuela. ¿Qué tal organizar huertos escolares, donde los alumnos cultivan y se involucran con la comida que producen?, pregunté. No hay tradición de huertos escolares. De hecho, no ví ninguno en los planteles que visité.


Foto: Rosa María Torres
Lo que más me llamó la atención es la autonomía y solvencia con que se manejan los alumnos en el comedor, incluidos los más pequeños. Cada quien se ubica en la fila, se sirve lo que desea, lo lleva a su mesa, come y socializa con otros, y luego se levanta y deposita la bandeja donde corresponde, clasificando cada cosa en su lugar: platos, vasos, cubiertos, sobras. Es como para quedarse observando largo rato. Una estampa fascinante de cultura ciudadana aprendida y ejercida diariamente en la escuela.

Para saber más
» School meals in Finland (2014)
» Free school meals move fails, BBC (2002)

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» Sobre la educación en Finlandia | On education in Finland

Aprender a lavarse las manos



Tomado del sitio del BRAC

La pandemia del coronavirus (Covid-19) ha puesto a toda la humanidad a lavarse las manos. Es decir, a quienes tienen agua e instalaciones en sus casas, en sus escuelas y comunidades, el 40% de la población mundial (3.000 millones de personas) según UNICEF. El lavado de manos y el distanciamiento social son las dos medidas más importantes para protegerse del virus y así seguirá siendo mientras no se desarrolle un tratamiento y una vacuna para la enfermedad.

Por increíble que parezca, algo tan fundamental, de vida o muerte, como lavarse las manos con jabón, y hacerlo bien, es algo que no nos enseñan ni en el hogar ni en la comunidad ni en la escuela. Ha tenido que irrumpir una pandemia para que la humanidad tome conciencia y se vea forzada a hacerlo. Yo lo aprendí ya de adulta, en mi primera visita a Bangaldesh a inicios de los 1990s. Esa es la historia que les cuento aquí.


Desde el año 2008, el 15 de octubre se celebra como Día Mundial del Lavado de Manos. Lavarse las manos - dicen los estudios y los expertos - es la manera más sencilla de prevenir enfermedades y salvar millones de vidas.

Foto: BRAC
El día y el tema me recuerdan, inevitablemente, un viaje a Bangladesh a inicios de los 1990s y una visita al programa de educación del BRAC, una ONG renombrada y premiada mundialmente y una de las más grandes del sudeste asiático. Fui como funcionaria y asesora de UNICEF, cuyo apoyo continuado ha sido fundamental para el programa.

El sistema de escuelas del BRAC apenas empezaba por entonces. Escuelitas sencillas, modestas, pero acogedoras, de una sola habitación, ubicadas en zonas rurales y destinadas sobre todo a atraer a las niñas, con horario reducido a fin justamente de facilitar que las familias manden a sus hijas a la escuela.

Foto: BRAC

Ese fue mi primer viaje al Asia y esas las primeras escuelas que ví en las que los niños - y a menudo también los maestros - se sientan en el suelo y usan el suelo como espacio múltiple, de aprendizaje y recreación. Con ayuda del traductor que me acompañaba, pude comunicarme con las maestras y con los niños.

Empecé a fijarme en unos carteles escritos a mano colocados por todo lado. Pregunté qué decía el mensaje y me dijeron: "No te olvides de lavarte las manos". En el suelo y sobre las paredes había asimismo láminas, cartillas y otros materiales impresos con mensajes de higiene y de salud.
Foto: Compassion

Aprender a lavarse las manos con agua y jabón, y hacerlo regularmente después de ir al baño y antes de comer, era - sigue siendo - una parte muy importante del currículo y de la convivencia escolar en el sistema BRAC. Igual que otras normas básicas como el uso adecuado de la letrina y hervir el agua para la preparación de los alimentos. Lo que los niños aprendían en la escuela debían llevarlo a sus casas y enseñarlo a sus familias. Así pues, el objetivo escolar no se detiene en qué aprenden los niños sino en qué aprenden sus familias a través de ellos y en el impacto de esos aprendizajes sobre la vida familiar y comunitaria. Una visión y una lección inspiradoras que incorporé desde entonces.

Había visto escuelas en contextos de gran pobreza pero ninguna que le diera tanta importancia a lavarse las manos; a lo sumo, el tema incorporado como una lección en el texto escolar y, quizás, algún poster estacionado en la pared. ¿Por qué tanto énfasis en el lavado de manos?, le pregunté a una maestra en una de las escuelas que visité. Quería escuchar su punto de vista. "Porque hacemos todo con las manos", fue la simple explicación.

Foto: Compassion
Solo al día siguiente entendería cabalmente sus palabras. Una joven a la que conocí en el avión me había invitado a cenar a su casa, en Dhaka. Casa grande, hermosa, lujosa. Sus padres me atendieron con gran cordialidad. Antes de sentarnos a la mesa, a cada quien se le dio un pequeño cuenco con agua para lavarse las manos y un lienzo para secarlas. Ya en la mesa, gran variedad de platillos pero ni un solo cubierto. Aprendí allí mismo a comer con las manos. Un descubrimiento extraordinario y una experiencia inolvidable. La comida entrando por la vista y el olfato, luego por el tacto, y recién entonces por el gusto. 

Sigo de cerca al BRAC, que en estos años se ha ampliado a otros países y ha ganado múltiples premios internacionales. Leo que ha desarrollado un programa llamado WASH (water, sanitation and hygiene), dirigido a familias y comunidades. Más de 8.000 personas trabajan en el programa, con 65.000 comités comunitarios. Leo también que en 2010 Bangladesh sentó un nuevo record en el Día Mundial de Lavado de Manos, con 52.790 estudiantes lavándose las manos en simultáneo.

52,970 students washed their hands
in 2010 Bangladesh 52,970 students washed their hands simultaneously and set a world record (Unilever/Lifebuoy, 2010 - See more at: http://www.observerbd.com/2015/10/15/115418.php#sthash.dw5NVcm7.dpuf
Foto: Global Handwashing Day
WASH se creó en 2006 inicialmente a fin de lograr la meta 7 de los Objetivos de Desarrollo del Milenio: reducir a la mitad la proporción de personas sin acceso a agua potable y a sanidad básica. El programa se dirige a zonas rurales y apartadas, proveyendo letrinas, agua potable y conocimientos esenciales sobre higiene. Los logros son espectaculares: 90% de las comunidades involucradas usan letrina y 80% se lava las manos con agua y jabón después de usar la letrina y antes de comer. En el centro, el sistema escolar cambiándose a sí mismo y sirviendo de agente de cambio de los demás.

Como en tantas otras cosas, Bangladesh muestra caminos e inspira en la larga y dura lucha mundial contra la pobreza.

Foto: reunión del programa WASH con los niños en una comunidad

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El sistema escolar que conocemos hace mal a la salud





El sistema escolar que conocemos - el sistema educativo occidental heredado de los conquistadores - pertenece a otra época. No está pensado desde el punto de vista de los deseos, intereses, necesidades y bienestar de niños y jóvenes sino desde la perspectiva de la sociedad adulta: padres de familia, profesores, autoridades. Tampoco está pensando desde la perspectiva del aprendizaje; su foco está en la enseñanza.

Pedirle a este sistema escolar que asegure calidad y equidad, educación para todos, aprendizajes significativos, gusto por aprender, aprender a aprender, es pedirle peras al olmo. Mejorarlo no basta. Hay que darle vuelta. Necesitamos construir OTRAƎDUCACION, dentro y fuera de las aulas.


Por muchas razones, el sistema escolar convencional hace mal a la salud física y mental no solo de los alumnos sino también de los profesores y las familias. Repasamos aquí algunos temas: aprendizaje, actividad física, alimentación, autoestima, acoso (bullying), descanso, enfermedades, inseguridad, juego, sueño.

Aprendizaje


Claudius Ceccon
- En el sistema escolar se enseña mucho y se aprende poco. Niños, jóvenes y adultos pueden terminar la educación primaria e incluso la secundaria sin haber aprendido a leer y escribir comprensivamente.

- Lo usual es culpar del no-aprendizaje y del fracaso escolar a los estudiantes. Se diagnostica fácilmente dificultades de aprendizaje y se habla de crisis de aprendizaje antes que de crisis de la enseñanza y de crisis de los sistemas escolares.

- El sistema escolar es resistente al cambio. Mucho de lo que se enseña está desactualizado; el sistema es muy lento para incorporar los nuevos conocimientos y las nuevas posibilidades que se abren tanto para la enseñanza como para el aprendizaje.

- El conocimiento se presenta de manera fragmentada, organizado en asignaturas (y en profesores para cada asignatura) sin relación entre ellas.

- Aprender implica comprender y toma tiempo. No obstante, el currículo escolar está generalmente recargado, lo que convierte a la enseñanza en una carrera contra el tiempo. El enciclopedismo (querer enseñar todo) revela una histórica incomprensión de lo que es el aprendizaje y fomenta la memorización antes que la comprensión.

- El sistema escolar tiene problemas para reconocer y aceptar la diversidad (socio-económica, cultural, de género, etc.). Prefiere imaginar que los alumnos son iguales, que necesitan aprender lo mismo y al mismo ritmo, y ser evaluados del mismo modo. La homogeneización es la norma.

- El sistema escolar no sabe qué hacer con alumnos que no aprenden lo que se les enseña y en los ritmos esperados, por lo general alumnos de sectores pobres y en desventaja. Inventó para eso una 'solución' absurda, costosa e inútil, la repetición, la cual perjudica y estigmatiza a millones de estudiantes y desperdicia valiosos recursos que podrían utilizarse para mejorar y diversificar el aprendizaje dentro y fuera de las aulas. Repetir curso es una de las experiencias más traumáticas en la vida de una persona y a menudo un empujón para el abandono escolar.

Actividad física /movimiento

Son conocidos y cada vez mejor documentados los beneficios del ejercicio físico para la salud física y mental de las personas y los problemas que acarrea el sedentarismo, sobre todo si se cultiva desde la infancia. Los niños y jóvenes sedentarios son propensos a la obesidad y otros males. El ejercicio mejora no solo el estado de ánimo sino también la cognición, la capacidad para aprender. Además, el deporte enseña a trabajar en equipo, a comprender y seguir reglas, y ayuda a desarrollar valores y actitudes fundamentales como la cooperación, la sana competencia, la disciplina, la perseverancia.

Nada de esto tiene en cuenta una educación escolar basada en el inmovilismo. El asiento es tal vez el objeto que mejor representa al sistema escolar y estar sentado la postura preferida. Alumno-burócrata antes que alumno-aprendiz.

El sistema escolar (y toda la sociedad) asocia educación y aprendizaje con nalgas y con cabeza: nalga-asiento, cabeza-archivo. Estudiante se representa como persona sentada (el único parado es el profesor). Aula se asocia con filas de pupitres o de asentaderos alineados en el suelo. Escuela se asocia con construcción, paredes, rejas.

Nada de mens sana in corpore sano. Para la cultura escolar el cuerpo es asunto de otros. Alumnos y profesores cuentan como cabezas y son entrenados del cuello para arriba.

Andy Rementer. South Korea Education System Hurts Students
Niños y jóvenes son obligados a permanecer durante horas en asientos duros, incómodos, muchas veces destartalados, demasiado altos o demasiado bajos para su edad. Las malas posturas se inician en la infancia y traen problemas en la vida adulta. 

La Educación Física permite reconocer, mover y ejercitar el cuerpo. Pero Educación Física es una asignatura, no un modo de ser y de aprender en la escuela.

No hablamos pues solo de agregar horas de Educación Física al currículo escolar. Hablamos de reconocer la existencia del cuerpo, la necesidad del movimiento para el aprendizaje, a lo ancho del currículo. Demostrado está que la atención y la concentración se dan mejor no en el reposo sino en el movimiento.

La llegada de las TIC a la escuela reforzó el inmovilismo y el encierro. Los padres de familia que saben y pueden permitírselo prefieren más contacto con otros seres humanos y con la naturaleza y menos contacto con la pantalla. Los hijos de Sillicon Valley usan poco la computadora, el celular y el internet; van a una Escuela Waldorf con pizarra convencional, con mucho espacio verde, sin computadoras. Pero también hacen esta opción, cada vez más, personas, familias y grupos orientados por la empatía con los niños, la valoración del juego al aire libre y del trabajo manual, el ecologismo, el humanismo, el valor de lo comunitario, las pedagogías críticas y alternativas, el aprendizaje-servicio.

Si al sedentarismo escolar agregamos el familiar - niños y jóvenes prendidos a un televisor o a aparatos electrónicos - se entiende por qué crece a pasos agigantados la obesidad infantil en el mundo.

Alimentación

El desayuno es una comida importante para empezar el día. No obstante, dados los horarios escolares, muchos niños y jóvenes desayunan a las carreras, o no desayunan, porque el tiempo no alcanza, porque el sueño quita el hambre o porque la pobreza no permite desayunar. Llegar mal dormido, mal comido y cansado a la escuela no es una buena manera de empezar el día ni de prepararse para aprender.

La comida chatarra se ha enquistado en la vida escolar y es difícil combatir, como lo muestran países que ya prohiben su venta en kioskos y bares escolares. El negocio puede más; también la comodidad de los padres y las preferencias de niños y jóvenes expuestos cotidianamente a la publicidad.

Por otro lado, la comida que se ofrece en las escuelas a menudo no reúne las condiciones nutritivas o de higiene indispensables, ni tiene en cuenta los gustos de los alumnos. Mucha comida es comida con desgano o tirada a la basura tanto en planteles públicos como privados. La contribución escolar al impresionante desperdicio de comida en el mundo.

El buen comer implica no solo buena comida sino buenas condiciones para comerla. ¿Cuántos planteles cuentan con instalaciones adecuadas para preparar los alimentos y/o para comerlos? En muchas escuelas, las cocinas son espacios improvisados e insalubres. A falta de comedor, se come en las mismas aulas, sobre el pupitre, entre cuadernos y libros. O en corredores, gradas, patios. Y de prisa. ¿Quién puede desarrollar buenos hábitos alimenticios en estas condiciones?

Autoestima

Claudius Ceccon
El sistema escolar es campeón en demoler autoestimas, especialmente entre los más proclives a la baja autoestima: los niños, las mujeres, los grupos indígenas y subordinados en general, los con capacidades especiales, los tímidos, los sensibles, los pacíficos, los diferentes. Pocos son los que logran atenciones y distinciones. La mayoría está en falta, en deuda, en tensión.

Todos podemos aprender. No obstante, éste no es el mensaje que transmite el sistema escolar. Al contrario: crea desconfianza en las propias capacidades, miedo a no cumplir con las expectativas, disposición al fracaso.

El castigo - hobby escolar (y familiar) - es enemigo de la autoesima. Si no es el castigo físico - todavía extendido - es el moral, ese que ridiculiza y humilla, y termina doliendo más.

Un atraso, un deber no hecho, una mala nota, una pregunta contestada fuera de tiempo, un 'performance' fallido en la pizarra, van sumando día a día al 'soy tonto', 'soy lento', 'no puedo aprender'. Las calificaciones se encargan de confirmar los peores diagnósticos y pronósticos. La onda expansiva llega al hogar y encuentra eco entre padres de familia dispuestos a aceptar el veredicto escolar sobre sus hijos e hijas.

Generaciones enteras de niños, adolescentes y jóvenes son dados por tontos, inútiles, ignorantes, incompetentes, a partir de pruebas y calificaciones que miden (muchas veces mal) una pequeña porción del currículo escolar. Todos son etiquetados: extra-edad, distraído, hiperactivo, con 'problemas de aprendizaje', desertor, repetidor, especial, nini ... El sistema escolar es especialista en identificar y señalar déficits antes que talentos. Triste para una institución que justamente está ahí - debería estar - para descubrir y desarrollar lo mejor de cada persona, en la mejor definición de educación, que es justamente aquella que se asocia al latín educere: sacar, sacar lo mejor, de adentro hacia afuera.

Pocas cosas más demoledoras e inútiles que la repetición escolar. Demoledora para la autoestima de los estudiantes, para su futuro y el de sus familias, y demoledora para los sistemas escolares, que tiran el dinero en esta falsa "solución". Los estudios abundan hace décadas; no obstante, los sistema escolares persisten en este absurdo pedagógico, administrativo y financiero.

¿Quién puede querer prolongar una experiencia que destroza sistemáticamente la autoestima? ¿Quién puede asombrarse de que tantos, al llegar a la adolescencia, decidan renunciar? Fácil es atribuir la 'deserción' a cuestiones de pobreza o de pereza. Fácil asociar al 'desertor' con perdedor.

Acoso escolar (bullying)

El acoso escolar o bullying ha estado siempre ahí pero va en ascenso y se vuelve más visible y letal. Las estadísticas - los que denuncian, los que son objeto de mofa pública, los que se suicidan, los  asesinados - alarman en todo el mundo, así como la creciente crueldad y corta edad de los acosadores. Las estadísticas globales indican que 1 de cada 3 estudiantes es víctima de acoso.

El bullying hace noticia todos los días en diarios locales, nacionales e internacionales. Hay países en los que ya es una de las primeras causas de suicidio, sobre todo entre los adolescentes y crecientemente entre los niños. Para las millones de víctimas de acoso escolar el largo receso ocasionado por la pandemia en 2020-2021 fue sin duda motivo de alivio antes que de pérdida.

No solo los alumnos; también los profesores son víctimas de bullying, por parte de sus alumnos, de padres de familia o de colegas. También aquí hay casos de suicidio y asesinato. El mundo reacciona con horror, hasta el siguiente caso.

¿Quién puede querer enviar a sus hijos a un lugar donde el maltrato ya no está solo en el carnet habilitante de los profesores sino también de los alumnos, de los propios amigos y compañeros de clase?

Se multiplican campañas y planes locales y nacionales para controlar el bullying. Pocos son eficaces. La mayoría no acaba siquiera de entender las razones, la complejidad y la magnitud del problema.

Descanso

La obsesión con aumentar el tiempo escolar es mucho mayor que los intentos por hacer mejor uso del existente. Pocos parecen comprender que una extensa jornada escolar implica necesidad de descanso. Para alumnos y para profesores. Y la necesidad, por ende, de tiempos y espacios para descansar durante la propia jornada escolar.

Solo a los niños pequeños, pre-escolarizados, se les concede la necesidad del descanso y de los artefactos y condiciones necesarios para ello (silencio, colchones, colchonetas, almohadones, etc.) 

La sala de profesores, si la hay, es a menudo un lugar feo, inhóspito, inamistoso. No solo para estudiar y trabajar sino para descansar, para permitir esa breve siesta reparadora que hoy se recomienda como esencial para la salud de las personas, niños y adultos.

En Finlandia, la escolarización empieza a los 7 años de edad. El año escolar es uno de los más cortos y los recreos son más largos que en el resto de Europa. Se estimula a los alumnos a salir afuera en los recreos, de modo que se muevan, cambien de ambiente y regresen re-energizados. Espacios y tiempos escolares están pensados tanto desde la necesidad del trabajo y del juego como del descanso. Los finlandeses son expertos en aprendizaje escolar.

Enfermedades 

La experiencia escolar es una experiencia de estrés, angustia y miedo para millones de estudiantes de todas las edades y clases sociales. Nada más estresante que la situación de examen. En vez de buscar paliativos psicológicos y médicos a la salud mental, hoy en el centro de la atención mundial, bajar los niveles de estrés que ocasiona el sistema escolar, y los exámenes específicamente, sería una medida fundamental y efectiva.

Millones de planteles escolares carecen de condiciones básicas de salubridad como agua potable, servicios higiénicos, alcantarillado, iluminación y temperatura adecuadas. Hay ruido, hacinamiento, desaseo, basura. En zonas rurales y urbanas, en países 'en desarrollo' y también en muchos 'desarrollados'.

En Estados Unidos, una encuesta nacional a enfermeras escolares encontró que 40% sabía que los niños y el personal estaban afectados por problemas de calidad del aire. Una tercera parte o más de las escuelas tenían polvo y otros problemas que provocan tos, dolores de cabeza y enfermedades respiratorias. El asma es la enfermedad crónica número uno responsable de las ausencias de los alumnos y su incidencia sigue creciendo. Se estima que 1 de cada 10 niños escolares en EE.UU. tiene asma. Sube el número de padres de familia que retira a sus hijos de la escuela y los educan en casa.

La distancia y el difícil accesso a la escuela obliga a muchos niños a largas caminatas o incluso a riesgosas aventuras cotidianas (cruce de puentes, precipicios, ríos, etc.) en el campo y en zonas apartadas, y en condiciones climáticas adversas, o bien a mucho tiempo de transporte escolar, en las ciudades.

Nunca faltan los casos de intoxicaciones debido a comida en mal estado.

El peso excesivo de las mochilas escolares que cargan los niños todos los días es tema de preocupación mundial, causa de frecuentes dolores de espalda entre los estudiantes.

Miedo
y estrés son parte de la experiencia escolar que producen la competencia, los deberes, las evaluaciones, las pruebas, las calificaciones, los premios y castigos. Estudios indican que la miopía avanza a medida que avanzan los años de escolaridad y el estudio, así como el uso de las pantallas.

Los maestros desarrollan a su vez una serie de enfermedades vinculadas al oficio, que ya se consideran enfermedades laborales, como várices, problemas de voz, estrés, burnout. Enfermedades que reflejan el "dictar clase" como matriz de los viejos métodos de enseñanza, y las cada vez más demandantes y complejas condiciones del mal remunerado y mal valorado trabajo docente.

Padres - y sobre todo madres - de familia padecen a la par de sus hijos los rigores y el estrés de la cultura escolar: los madrugones, las carreras, el ritual de los uniformes, el martirio de los deberes, la tensión de los exámenes, la angustia sin fin del bullying, el miedo a la autoridad y a la lógica escolar.

Inseguridad
 
Uno de los grandes problemas del mundo contemporáneo es la inseguridad, la creciente violencia en la sociedad, en la familia, en el sistema escolar.

Son más bien excepcionales los países, ciudades, planteles y sistemas escolares en los que los alumnos llegan a pie o en bicicleta a la escuela. La inseguridad y la violencia en las calles refuerzan los cuidados y los miedos de padres y madres de familia. Jugar en la calle, jugar al aire libre, quedó en el pasado y se recuerda con nostalgia en muchos entornos urbanos. El juego ha ido quedando cada vez más como una actividad vigilada y puertas adentro.

La violencia ha entrado en la escuela, con todo el menú de males que ofrece cada sociedad: maltrato, bullying, drogas, abuso sexual, crimen. Morir a mano de estudiantes armados ya es posible y los episodios se repiten, sobre todo en países 'desarrollados'. El control de armas es ya parte de la rutina escolar en Estados Unidos y otros países.

Accidentes en transportes escolares sin supervisión adecuada, y casos de pedofilia y violación en pre-escolares, escuelas y colegios, son noticia diariamente.

El uso de celulares, laptops y tabletas es un nuevo flanco de la inseguridad escolar y de la vulnerabilidad de los alumnos de todas las edades. Quienes recomiendan, entusiastas, la entrada de toda clase de artefactos electrónicos a la escuela, muchas veces no tienen en cuenta los riesgos que esto tiene para los alumnos. El robo de celulares, muchas veces con asalto, es hoy una de las principales fuentes de inseguridad infantil y juvenil en muchos países 'en desarrollo'.

Atrás quedaron los tiempos en que las familias enviaban a sus hijos a la escuela confiando en que allí estarían a salvo. Hoy saben que no es así, ni en planteles públicos ni en privados. La escuela cercana al hogar se valora más que nunca. La seguridad ha pasado a ser factor clave en la definición de la buena o mala escuela.

Juego

El juego es un derecho de la infancia y un poderoso motor de aprendizajes. El juego organiza la vida y la actividad de los niños (vale recordar que la definición de 'niño' va hasta los 18 años de edad).

Jugar aprendiendo es el principal y el mejor modo de aprender. Dentro y fuera de la escuela.

No obstante, el sistema escolar se lleva mal con el juego. Estudiar y jugar, y hasta aprender y jugar, pueden verse como incompatibles. Jugar es actividad reservada para los recreos. Aprender es lo que se hace en el aula. Y todos parecen empeñados en meter a los niños cuanto antes a las aulas, en acortar la 'etapa del juego' y entrar de lleno a la 'etapa del estudio'.

Porque solo a los niños pequeños, y hasta el pre-escolar, se les concede oficialmente la necesidad de jugar. Un año más tarde, a ese niño se lo sienta y se le prohibe jugar: ha entrado a primer grado. 

El prototipo del 'buen alumno' sigue siendo el alumno sentado, quieto, silente. El inquieto, el curioso, el preguntón, es el indisciplinado, el 'mal alumno'.

Pobre del profesor o profesora que juega y que alienta el juego. Se expone a arengas y llamados de atención no solo por parte de los directivos sino de los padres de familia. Típicos 'vagos' que se escudan en el valor pedagógico del juego para no trabajar, para no enseñar.

Sueño 
School Starts Too Early
Conocemos hoy mejor que nunca la importancia del sueño para el buen funcionamiento del cuerpo y del cerebro. Dormir poco y dormir mal trae aparejados muchos problemas de salud y es un factor que contribuye, entre otros, a la agresividad y a la obesidad. Estudios muestran que muchos niños acosadores, que practican el bullying, son niños con déficit u otros trastornos de sueño. Dormir poco y dormir mal tiene un efecto muy negativo sobre el desarrollo y el desempeño intelectual, la cognición, la concentración, la atención, la memoria, el aprendizaje.

Los horarios escolares han estado siempre pensados desde las lógicas económicas y las dinámicas adultas de la sociedad, no desde las necesidades y dinámicas de niños y jóvenes, y mucho menos desde los requerimientos del aprendizaje.

Niños, adolescentes y jóvenes escolares se levantan con sueño, sin haber dormido lo suficiente.Y, claro, bostezan en clase. Los pobres y los ricos. Unos duermen poco y mal porque eso es parte del ser pobre, del hacinamiento, el hambre, la ausencia de un mínimo confort. Otros, porque están hasta altas horas de la noche con el televisor prendido, la consola de juegos, la computadora y el internet. Pocos duermen las 9 a 11 horas diarias que recomienda la Asociación Mundial de Medicina del Sueño.

También los profesores, y los padres y madres de familia, se levantan con sueño. La falta de sueño se considera ya un tema de salud pública a nivel mundial. Se estima que en los últimos 50 años se han perdido en promedio 2 horas de sueño diario. Millones de personas - adultos, jóvenes y niños - experimentan trastornos diversos relacionados con el sueño. Para quienes estudian, los problemas se ven en el bajo resultado escolar; para quienes trabajan, en el bajo rendimiento laboral.

La pregunta es: ¿vale la pena dormir poco y mal, vale la pena tanto sacrificio y tanto trajín, todos los días, para ir a la escuela?


Frente a la insatisfacción con el sistema escolar, surgen o se refuerzan propuestas e iniciativas alternativas. La educación al aire libre gana adeptos. El contacto con la naturaleza busca compensar el ya reconocido deficit de naturaleza.

Muchas de las innovaciones vienen por el lado de la infraestructura escolar: más espacios verdes, menos cemento; uso de materiales ecológicos para la construcción; aulas más amplias; espacios integrados; huertos escolares.

Otras tienen que ver con el mobiliario: aulas sin pupitres, para sentarse en el suelo; cojines, puffs, hamacas. Otras, con las tecnologías: sacar computadoras de las aulas, promover su uso en casa; regular el uso de celulares. Otras, con el tiempo: jornadas menos largas (o bien más extendidas, según el caso); clases más cortas; una organización distinta del currículo en el aula, en la jornada y en el calendario escolar; otros arreglos en cuanto a tiempo y actividades en vacaciones. Otras, por un replanteamiento radical de los lugares, del dónde y cómo se enseña y aprende: combinar estancia en la escuela con educación a distancia y en el hogar.

Se plantea asimismo postergar la edad de escolarización, eliminar o reducir los deberes, más espacio y tiempo para el juego, más tiempo de recreo y más frecuentes, medidas más duras contra el bullying. Y, claro, homeschooling o unschooling como alternativas a la escolarización convencional. Para muchos, el paquete escolar parece difícil de combatir y revertir.

Para saber más
- Academic performance at school linked to exercise, BBC.
- Are schools making kids sick?, CNN, 2012.
- The Power of Play in Learning, Mind/Shift.
- "Un mundo distraído. ¿Qué está haciendo internet con nuestras mentes?", entrevista con Nicholas Carr.

- De lo físico a la física: la relación entre infraestructura escolar y resultados educativos en América Latina. Estudio del BID, 2011. 
- World Association on Sleep Medicine / World Sleep Day
- School Starts Too Early, Scientific American
- Madrugar no es beneficioso para los estudiantes, El Comercio, Quito, 2 sep. 2014
- La miopía sube con la educación
- Uno de cada tres niños carga el triple del peso recomendado en la mochila que llevan al colegio

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